Cómo dar pasos más firmes hacia los éxitos personales próximos en el campo de las realizaciones humanas si no identificamos nuestras falencias y fortalezas luego de un proceso formador como lo ha sido el período de educación básica recién concluido?[1]
Estar en grado
10 les exige: desde sí mismos, desde sus anhelos de libertad y desde las
presiones sociales, y entre ellas los medios tecnológicos masivos de
comunicación por los patrones que promulga e “impone”, definirse como persona o
quién soy y qué quiero ser, definirse también como hombre o como mujer, más aún
si se puede demostrar con experiencias sexuales concretas, porque así se mata
el fantasma de las dudas que conlleva reafirmarse y definir su rol sexual o
identificarse con uno u otro género, todavía más, si se intuye que dicho género
no es precisamente con el que nacieron biológicamente, pero que es preciso
afrontar si se desea actuar u obrar con autenticidad y honestidad. La
adolescencia es también la época en la que más se acrecientan los deseos de
independencia porque el deseo sexual aumenta con la primera experiencia y
satisfacerlo demanda mayor libertad y recursos económicos y por eso el
consecuente deseo de formar pareja a tan temprana edad, a veces renunciando a
la oportunidad de concluir su proceso de formación integral. Es también el
tiempo de ir respondiéndose a la pregunta: ¿qué carrera universitaria seguir?
algunos más por complacer a sus padres que por su propia convicción; o es
tiempo de pensar en el trabajo que se anhela desempeñar o que hay que asumir
ante las pocas expectativas para continuar estudiando o realizar otros
proyectos. Lo anterior, sin siquiera considerar la posibilidad de tener que prestar
servicio militar en el caso de los hombres, cuando corresponde.
¿Cómo tomar
decisiones tan cruciales en forma acertada justo en los momentos de más dudas y
de mayor vulnerabilidad ante los asedios u ofertas que aparecen de una u otra
índole y que a veces amenazan seriamente su futuro?
Corresponde a la
institución escolar enfrentarlos a sus dudas e inseguridades, orientándolos a
encontrar las respuestas dentro de sí mismos para luego confrontarlas con los
conocimientos y experiencias asimiladas durante toda su trayectoria en la
educación básica que acaban de concluir. Esta etapa de confrontación con sus
dudas, pero también de riquezas en conocimientos, experiencias, valores y
talentos, debe conducirlos a posiciones más claras y definidas respecto de qué
quieren hacer con sus vidas antes de culminar esta etapa final de formación
académica y convertirse en bachiller, punto de partida hacia otras metas más específicas,
pero también de mayor exigencia y compromiso porque les corresponderá actuar
como el adulto que ya prácticamente serán, más aún si no han adquirido la
libertad económica y por lo tanto estarán transitando por un período como
adultos dependientes en el que deben ser respetuosos de las normas que se
deriven de quienes les ofrecen su apoyo.
[1] En el caso de
Colombia la educación básica secundaria inicia con el grado 6 y culmina con el
grado 9 (de los 11 hasta los 14 años de edad aproximadamente). Los grados 10 y
11 corresponden a la educación media vocacional (entre los 15 y 16 años de edad
aproximadamente), lo cual se aclara para
que se tenga en cuenta el intervalo de edades en caso de uso de este material
en otros países diferentes a Colombia en los que estos estos ciclos educativos pueden tener
otra denominación.
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